Mayco Montiel
Acompañados del pueblo masatepino, esta tarde familiares, amigos y compañeros de la Policía Nacional que laboraron con el Subinspector Póstumo Howard Antonio Urbina, le dieron el último adiós en su morada terrenal en el municipio de Masatepe, de donde era originario, sepelio donde asistieron miembros de la Jefatura Nacional y Consejo Nacional de la Institución, además de oficiales de Managua, Granada, Masaya y Carazo, quienes despidieron a este héroe de la patria.
El llanto entre los familiares y compañeros patrulleros era notorio en sus rostros la tristeza y desconsuelo de perder a un gran compañero, amigo, esposo e hijo.
Con su voz entre cortada y ojos sollozos su hermano Dennis Lumbí Flores nos manifestó que “desde pequeños que fuimos inseparable yo lo quería bastante”-se pone a llorar- “como que me han arrancado un pedazo del corazón y lo recordare con mucho amor”.
“El (Howard) dedicaba todo su tiempo al trabajo policial y a su familia, era un hombre disponible me brindó una confianza desde que empezamos a laborar juntos, aprendí mucho de él, me llevo esos momentos que él siempre me aconsejaba cuando yo estaba mal”, expresó el Policía Donald Munguía, Patrullero de la Ajax Delgado.
Del barrio La Luz salió el multitudinario entierro hacia el cementerio municipal, donde descansan ahora los restos del Subinspector, recorrido de alrededor de siete kilómetros donde el polvo, los adoquines y calles remembraban el lugar donde Howard nació y se crió, para luego decidir servir a a su pueblo.
Pueblo conmocionado
A este luto que embarga a la Institución Policial y familiares del oficial caído, se unió el pueblo masatepino que desde sus casas, aceras, esquinas y el Parque Central acompañaron el entierro en todo el camino, quienes comentaban que era un orgullo del pueblo, hombre intachable y leal a sus principios.
“Era un hombre íntegro y surgió del pueblo para cuidar al pueblo, fue galardonado en varias ocasiones por su destacada labor y su buen trato que lograba hacer a la población, salimos de un lugar pobre pero con un gran amor y vocación al servicio y así yo lo recordare a mi sobrino”, exteriorizó su tío, el Comisionado Sergio Sandoval.
“Howard era maestro conmigo y lleva esos principios y valores que nos inculcaron en la Academia y en la normal de Jinotepe, lo recordare mucho porque el soñó y soñaba ir subiendo poco a poco para llegar hacer un Comisionado”, recuerda el Inspector Juan Carlos Areas Herrera, compañero de trabajo.
Pero el dolor por la perdida de un compañero es para el Inspector y demás colegas “nuestro compromiso con esta muerte, es darle la paz y la tranquilidad al pueblo nicaragüense previniendo el delito con la ayuda del pueblo nicaragüense, porque si la Policía no tiene esa relación con la población jamás arreglará el problema, pero gracias a Dios tenemos ese apoyo y es el éxito que tiene la Policía en Nicaragua”.
Cantos, alabanzas y oraciones se adueñaron de los presentes al sepelio para honrar y dar gloriar a Dios por la vida prestada de Howard, quien fue cargado en brazos de sus compañeros de patrulla y de los Cadetes de la Academia de Policía “Walter Mendoza”, quienes en paso doble llevaron en hombro a un Héroe de la Patria, en ese ritmo las sirenas anunciaban el pase fúnebres por las calles principales de Masatepe que llevaron su cuerpo hasta su última morada.
“Jamas te volveré a ver mi hijo bello”, lloraba desconsoladamente su madre,doña Johana Flores, al ver el rostro de su hijo por última vez antes que fuera sepultado.
Más cerca un grito desgarrador que decía “te amo mi amor, me harás mucha falta, ¡hay madre mía! se me fue el amor mío”, lloraba Auxiliadora Sevilla, esposa del oficial caído, un centinela inmortal de la alegría del pueblo.
El Subinspector Póstumo Howard Urbina dejo en orfandad a dos niños y uno en gestación.