Anny Watson
León es una de las bellas ciudades coloniales y patrimoniales de Nicaragua y de las más antiguas que alberga una variedad de historia, arquitectura, tradición y cultura, caracterizada por el ambiente de Paz y Tranquilidad que se respira a lo largo y ancho de sus calles, donde podrás conocer las distintas vivencias de muchos poetas leoneses reconocidos a nivel mundial como lo fueron Alfonso Cortés, Salomón de la Selva, Antenor Sandino Hernández y por supuesto al hombre que llenó de gloria a Nicaragua, Rubén Darío.
Al llegar a León tenemos diferentes lugares que podemos recorrer a pie o en cualquier medio de transporte, pero un sitio que si o si tenemos que visitar es el “Museo de Leyendas y Tradiciones Coronel Joaquín De Arrechavala”, lugar un día fue las celdas de la antigua cárcel conocida como “la 21”, donde se realizaban los crímenes más atroces en contra de los guerrilleros sandinistas, durante el derrocamiento de la dictadura somocista.
Al entrar lo primero que encontramos es una imagen de la muerte con velas y una mesa con un tablero representativo de la famosa “ouija” una herramienta que según permite conectarte con seres del más allá, y esto es solamente el inicio de una experiencia que pueden vivir llena de muchos misterios.
Una vez que ingresan al patio podemos observar al rededor varios murales con imágenes de las diferentes formas de tortura que se practicaban en ese entonces, esto hace que tu mente entre en el contexto que se vivía en esa época de dictadura.
“Muchos se han quedado admirados con los trabajos de los murales que encontramos aquí, es un mosaico bastante grande e incluso debo decir que tomó alrededor de 3 años en ser elaborados, estos mosaicos son una antesala al museo y muestran un poquito de todo lo que hay acá, entonces la primera impresión que tiene el turista es que se queda maravillado cuando mira la extensión de ese trabajo”, nos comentó Michael Quintana, guía turístico del museo.
El lugar se encuentra dividido en 6 salones de exposición, en el primero te demuestra parte de la historia de Carmen Toruño, la hija dilecta de León, quien en su afán de promover nuestra identidad cultural, hizo la recopilación de los mitos y leyendas más famosos de Nicaragua pero principalmente los de León. Las siguientes salas se encuentran divididas en leyendas de terror, leyendas nicaragüenses, entre otras.
“Doña Carmen Toruño hizo una investigación exhaustiva de cada uno de los elementos de los mitos que conforman este museo, de tal manera de recopilar y dar a conocer a todas las personas que visitan este museo, nuestras tradiciones, todo lo que tenemos como una herencia cultural, para que esta no muera y se conserve su esencia a través de los años”, explicó Quintana.
Este museo te ofrece una excelente experiencia para aquellos apasionados del suspenso, el miedo y el terror, pues también se rumora que muchos de sus visitantes han observado sombras, experimentado escalofríos repentinos, han escuchado pasos y otros de la puerta no han pasado por el ambiente pesado que se siente al entrar a esta zona.
“Una vez que entra a la celda el turista siente el impacto de lo que fue la antigua prisión “la 21” que también es un edificio histórico, esto fue una cárcel antes de convertirse en un museo, entonces son como sentimientos encontrados que tiene el turista”, expresó el guía.
Los viernes y sábados en la noche el museo brinda una experiencia aún más escalofriante, pues en las nominadas “noches de terror” los guías se esconden dentro del museo y una vez que el reloj marca las 6:00 de la noche salen a asustar a sus visitantes, quienes solo caminan por los pasillos solo con una vela encendida.
“Lo que tratamos de hacer nosotros es exaltar siempre la labor de nuestro museo de nuestros mitos, leyendas y tradiciones con esa picardía, con ese ánimo del susto al final es muy agradable ver las diferentes reacciones que tienen las personas que vienen a visitarnos de noches”, recordó Michael.
Los mitos y leyendas sirven de base y estructura cultural para cualquier comunidad y país, al conservarlos mantenemos vivo el espíritu de las culturas y tradiciones de nuestros ancestros, este museo en particular recopila e integra esos elementos importantes para crear el hilo esencial de la historia y trasmitirlo de generación a generación.
“Para mí es un valor cultural, patrimonial e histórico, porque este centro tuvo un gran impacto en la vida de muchos nicaragüenses y las familias de las personas que fueron torturadas en este lugar”, concluyó argumentando el joven Michael Quintana.